4th Sunday of Easter 2021-English/Español

Sunday’s Readings: Acts 4:8-12; Psalms 118:1, 8-9, 21-23, 26, 28, 29; 1 John 3:1-2; John 10:11-18

RESPONDING TO THE CALL
Do we truly know the voice of Christ? Do we truly respond to the voice of our shepherd with our own distinctive voice? How often we attempt to imitate those around us, appropriating the response of another member of the flock to Christ. Perhaps we need to balance the image of being sheep of one flock with the image from the second reading, which tells us that we are all children of God. What child has precisely the same interaction with parents as his or her siblings? Instead, they frequently do and say things to distinguish themselves in the eyes of their parents. Whether we use the image of children or of sheep to understand our relationship with Christ, we believe that we are all known and called by name. With this great gift comes a responsibility: to respond to the call with our own distinctive voice, to take time to discern exactly what our call is, to determine precisely what the will of the Father is for each of us.
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RESPUESTA AL LLAMADO
¿Realmente conocemos la voz de Cristo? ¿Respondemos realmente a la voz de nuestro pastor, con nuestra propia y distintiva voz? ¿Con qué frecuencia intentamos imitar a los que nos rodean, apropiándonos de la respuesta de otro miembro del rebaño de Cristo? Tal vez la necesidad de equilibrar la imagen de ser ovejas de un rebaño con la imagen de la segunda lectura, que nos dice que todos somos hijos de Dios. ¿Qué hijo tiene precisamente la misma interacción con los padres como sus hermanos? Por el contrario, con frecuencia hacen y dicen cosas que se distinguen en los ojos de sus padres. Ya sea que utilicemos la imagen de los niños o de las ovejas para entender nuestra relación con Cristo, creemos que todos somos conocidos y llamados por su nombre. Con este gran regalo viene la responsabilidad: responder a la llamada con la voz propia y distintiva, sacar un tiempo para discernir exactamente cuál es nuestro llamado, para determinar con precisión cuál es la voluntad del Padre para cada uno de nosotros.