Sunday’s Readings: Ezekiel 33:7-9; Psalms 95:1-2, 6-7, 8-9; Romans 13:8-10; Matthew 18:15-20
A MESSAGE OF LOVE
In the final verses of today’s Gospel reading Jesus says that when two or three are gathered in his name, “there am I in the midst of them” (Matthew 18:20). So we understand that fraternal correction is always undertaken with Jesus present to us. Likewise, encouraging the good in others is not only the right thing for us to do, it is a necessity. The Lord tells the prophet Ezekiel that if he “does not speak out” to dissuade a person from evil, then he too will be held responsible. We live in a “do your own thing” age when moral objectivity is often ignored. Clearly when the message we share with others is one of love, our motives cannot ever be misinterpreted. As St. Paul writes, “Love does no evil to the neighbor; hence, love is the fulfillment of the law” (Romans 13:10).
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UN MENSAJE DE AMOR
En los versículos finales de la lectura del Evangelio de hoy Jesús dice que cuando dos o tres están reunidos en su nombre, “ahí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20). Así entendemos que siempre se aplica la corrección fraternal cuando hacemos presente a Jesús. De igual manera, alentar lo bueno en otros no sólo es actuar rectamente, sino que es una necesidad. El Señor dice al profeta Ezequiel que si él “no amonesta” al malvado para que se aparte del mal camino, entonces Dios le pedirá cuentas. Vivimos en la era en que “cada quien hace lo suyo” y se suele ignorar la objetividad moral. Claramente, cuando el mensaje que compartimos con otros es un mensaje de amor, nuestros motivos no pueden ser mal interpretados. Como escribe san Pablo: “Quien ama su prójimo no le causa daño a nadie, Así pues, cumplir perfectamente la ley consiste en amar” (Romanos 13:10).
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