Sunday’s Readings: Acts 10:34, 37-43; Psalms 118:1-2, 16-17, 22-23; Colossians 3:1-4; John 20:1-9
EVERYTHING IS CHANGED
Easter changes everything. Having been raised from the dead, Jesus shatters the frightful images that haunt humanity. Betrayal, torture, crucifixion, death, burial—these terrors pale in the brilliant glory of Jesus resurrected. Today’s psalm guides our response to God’s power: “it is wonderful in our eyes.” Today is indeed a day for wonder, for gasping in astonishment at Jesus’ resurrection. For all of human history, death had been final. In the Acts of the Apostles, though, Peter testifies that Jesus, who was publicly executed, was raised to life by God. John’s Gospel admits that the disciples “did not yet understand the Scripture that he had to rise from the dead.” Even Jesus’ closest friends were not expecting this innovation: life after death. In response to the Easter miracle, Paul tells us to become “a fresh batch of dough.” Everything, even our very selves, must become new. Easter changes everything.
Copyright © J. S. Paluch Co.
TODO A CAMBIADO
La Pascua lo cambia todo. Al haber resucitado de la muerte, Jesús destroza las imágenes espantosas que persiguen a la humanidad. La traición, la tortura, la crucifixión, la muerte, el entierro, estos terrores palidecen ante la gloria brillante de Jesús resucitado. El salmo de hoy guía nuestra respuesta al poder de Dios: “es maravilloso a nuestros ojos”. Hoy es, en efecto un día para maravillarse, para agitarse de asombro ante la resurrección de Jesús. Durante toda la historia de la humanidad, la muerte había sido el final. Sin embargo, en los Hechos de los Apóstoles, Pedro atestigua que Jesús, quien había sido ejecutado públicamente, fue resucitado por Dios. El Evangelio de Juan admite que los discípulos “aún no en- tendían la Escritura de que tenía que resucitar de la muerte”. Incluso los amigos más cercanos no esperaban esta novedad, la vida después de la muerte. En respuesta al milagro de la Pascua, Pablo nos dice que seamos “como la levadura” que hace “fermentar toda la masa”. Todos, incluso nosotros mismos, debemos convertirnos en algo nuevo. La Pascua lo cambia todo.
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