Sunday’s Readings: Wisdom 7:7-11; Psalms 90:12-13, 14-15, 16-17; Hebrews 4:12-13; Mark 10:17-30
WORDS OF WISDOM
The spirit of wisdom, as we discover in today’s first reading, comes to those who pray for her. Wisdom, like the word of God, carries a message of consolation as well as of great challenge. The Letter to the Hebrews tells us that the word of God, infused with the wisdom of God, is “sharper than any two-edged sword.” We cannot shrink from the wisdom of God, or from the word that has the power to penetrate our hearts and minds. Jesus, the living word of God, the embodiment of wisdom, has strong, deeply penetrating words for the rich young man who comes to him seeking answers to his most profound questions. Just when the young man thought he had done enough to fulfill God’s commands, more was asked of him. This is no less true for us.
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PALABRAS DE SABIDURÍA
Hoy aprendemos en la primera lectura que el espíritu de la sabiduría llega a los que lo invocan. La sabiduría, como la Palabra de Dios, lleva un mensaje de consuelo y a la vez constituye un gran desafío. La carta a los hebreos nos cuenta que la Palabra de Dios, que está empapada con la sabiduría de Dios, es “más penetrante que una espada de dos filos”. No podemos acobardarnos ante la sabiduría de Dios ni ante la palabra que tiene el poder de penetrar nuestro corazón y mente. Jesús, la Palabra viva de Dios, la encarnación de la sabiduría, le dice cosas fuertes y muy penetrantes al joven rico que acude a Jesús en busca de respuestas a sus dudas más profundas. Precisamente, cuando el joven pensaba que había hecho lo suficiente para cumplir los mandamientos de Dios, se le exigió más. Lo mismo sucede en nuestro caso.
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