Sunday’s Readings: Sirach 27:30-28:7; Psalms 103:1-2, 3-4, 9-10, 11-12; Romans 14:7-9; Matthew 18:21-35
FORGIVENESS
Nearly ten years before, a son and father had parted ways when the business they shared went bankrupt. The son blamed the father. They did not speak to each other again.
Then the father became seriously ill. The mother called the son and told him he had better come soon. The son walked sheepishly into the hospital room. The father motioned his son to him and whispered: “Did you ever think you could do anything that would keep me from loving you?”
Resentment and anger are foul things, the first reading from Sirach tells us. Remember the last things. Stop hating. Live by the commandments. As St. Paul writes to the Romans, we are to live for the Lord and die for the Lord.
Jesus’ parable in today’s Gospel reminds us of God’s compassion. The immense sin of humanity has been forgiven and stricken from the record. We are to forgive others in the same way.
Copyright © J. S. Paluch Co
PERDÓN
Unos diez años antes, un padre e hijo se distanciaron cuando el negocio en el que eran socios se fue a bancarrota. El hijo culpó al padre. No se hablaron más. Entonces el padre se puso gravemente enfermo. La madre llamó al hijo y le dijo que viniera a verlo pronto. El hijo entró con vergüenza a su habitación en el hospital. El padre hizo un gesto para que se acercara y su-surró: “¿Acaso pensaste que podrías hacer algo que me hiciera dejar de amarte?” El rencor y la cólera son abominables, nos dice la primera lectura de Sirácide. Piensa en tu fin. Deja de odiar. Vive conforme a los mandamientos. Como escribe san Pablo en Romanos, para el Señor vivimos y para el Señor morimos. Sin embargo, la parábola de Jesús en el Evangelio de hoy nos recuerda la compasión de Dios. El inmenso pecado de la humanidad ha sido perdonado y borrado del libro. Tenemos que perdonar a otros de igual manera.
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