Sunday’s Readings: Isaiah 35:4-7; Psalms146:6-7, 8-9, 9-10; James 2:1-5; Mark 7:31-37
SEE BEYOND OUTWARD APPEARANCES
The phrase “Sunday best” has lost much of its meaning in our society today. Some lament the loss of people dressing up for church on Sunday; others think it’s a healthy sign that we’re as casual in attire gathered before the Lord as we are elsewhere. No matter which school of thought on this topic we belong to, James would probably chastise us. In either case, we are still focused on external appearance, mistaking it for some sort of favored position before God. True, James criticizes the community that favors the rich and well-dressed while ostracizing the poorly clothed, but even more he criticizes the making of distinctions, making choices based on criteria that having nothing to do with the reign of God. James might turn our attention to the reign of God described by Isaiah, in which people are healed and the earth becomes ripe to bear fruit. Jesus today is focused on this reign of God, healing a Gentile man in a region hostile to his Jewish faith, not mindful of the man’s origins or clothing or status or ability to repay. Isaiah, James, and Jesus in Mark’s Gospel all call us to look more deeply to find where the will of God needs to be done, and has been done, on earth as in heaven. Copyright © J. S. Paluch Co., Inc.
DEBES VER MÁS ALLÁ DE LAS APARIENCIAS
La frase “vestido de domingo” ha perdido gran parte de su significado en la sociedad actual. Algunos se lamentan de que la gente ya no se ponga elegante para asistir a la iglesia los domingos; otros consideran que es un síntoma saludable que nos vistamos tan informalmente cuando nos reunimos ante el Señor como en los demás lugares. Sin importar cuál sea nuestra opinión sobre este tema, Santiago seguramente nos reprendería. En ambos casos, seguimos centrándonos en las apariencias, creyendo que suponen una especie de posición privilegiada ante Dios. Es cierto, Santiago critica a la comunidad que favorece a los ricos y bien vestidos mientras condena al ostracismo a los que están pobremente vestidos, pero critica aún más a quienes hacen distinciones y toman decisiones en base a criterios que nada tienen que ver con el Reino de Dios. Puede que Santiago enfoque nuestra atención hacia el Reino de Dios que describe Isaías, en el cual la gente es curada y la tierra se hace fértil para dar fruto. Jesús hoy se enfoca en este Reino de Dios cuando cura a un gentil en una región hostil a su fe judía, sin tener en cuenta el origen, la vestimenta ni la condición social de este hombre, ni siquiera su habilidad para retribuirle la atención. Isaías, Santiago y Jesús en el Evangelio según san Marcos nos llaman a ir más allá de las apariencias para averiguar dónde se debe hacer y se ha hecho la voluntad de Dios, así en la tierra como en el cielo.
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