Sunday’s Readings: Isaiah 66:18-21; Psalms 117:1, 2; Hebrews 12:5-7, 11-13; Luke 13:22-30
Jubilee Year of Mercy
August 21, 2016 – Twenty-first Sunday in Ordinary Time
This Jubilee Year of Mercy and Pope Francis’ ministry have renewed our understanding that the
Church’s heart is open wide to all, and the heart of the gospel is God’s mercy. Flooded with God’s mercy, our hearts should overflow as channels bringing to wounded and weary hearts Jesus’ healing mercy. For Jesus warns, our own salvation is not guaranteed by the Liturgy of the Word (“you taught in our streets”) nor by the Eucharist (“we ate and drank in your company”) (Luke 13:26). People far from that banquet, “from the east and the west and from the north and the south . . . will recline at
table in the kingdom of God” (13:29). Rather, showing mercy is key to obtaining mercy ourselves (Matthew 5:7). So we should never dare ask what “someone” asked Jesus, “Lord, will only a few people be saved?” (Luke 13:23). The crucial question is “Will I be saved?” And Jesus’ answer
is another question: “Have you shown mercy to everyone, freely, gladly, no limits, no conditions, no exceptions?” —Peter Scagnelli, Copyright © J. S. Paluch Co., Inc.
Año Jubilar de la Misericordia
21 de agosto de 2016 – Vigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario
Este A ño Jubilar de la Misericordia y el ministerio del Papa Francisco vienen renovando nuestro entendimiento de que el corazón de la Iglesia está abierto para todas las personas y, el corazón del Evangelio es la misericordia de Dios. Inundados con la misericordia de Dios, nuestros corazones
deben desbordarse como arroyos llevando a las personas cansadas y heridas la misericordia consoladora de Jesús. Ya que Jesús señala que nuestra salvación no está garantizada por la Liturgia de la Palabra (“tú has enseñado en nuestras plazas”) ni por la Eucaristía (“Hemos comido y bebido contigo”) (Lucas 13:26). Habrá personas lejos de ese banquete “del oriente y del poniente, del norte y del sur . . . participarán en el banquete del Reino de Dios” (13:29). Por el contrario, mostrar misericordia es la clave para obtener misericordia nosotros mismos (Mateo 5:7). Para que nunca debamos atrevernos a preguntar lo que “alguien” le preguntó a Jesús: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?” (Lucas 13:23). La pregunta debiera ser: “¿Y o me salvaré?” Y la respuesta de Jesús sería otra pregunta: “¿Has sido misericordioso con tu prójimo, de manera libre, con alegría, sin límites, sin condiciones, sin excepciones?” —Peter Scagnelli, Copyright © J. S. Paluch Co., Inc.