Sunday’s Readings: Deuteronomy 26:4-10; Psalm 91:1-2, 10-11, 12-13, 14-15; Romans 10:8-13; Luke 4:1-13
JESUS AND THE DEVIL
The devil tempted Jesus by quoting scripture, as today’s Gospel reminds us. Try a self-serving miracle. Try selling out. Try dazzling the audience; people are gullible, after all. Try all these easy ways. The tempter tries to urge Jesus onto the slippery slope, attempts the old soft-soap, the snake-oil solutions that are always readily at hand. The devil knows better, but is powerless to do better,
much less be better. The devil is evil personified, who senses in Jesus the stronger, truly attractive presence of holiness.
Evil is exposed and engaged, we are reminded in this Sunday’s Gospel. Evil knows the jig is up. The
undoing of lies begins with Jesus, who takes up the work of soul-healing and world-healing. This Lent, the Church invites us to enter into this renewing, re-creative work and be made whole again.
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JESÚS Y EL DEMONIO
Como nos recuerda el Evangelio de hoy, el demonio tentó a Jesús con citas de la Sagrada Escritura: haz un milagro que te convenga. Véndete. Deslumbra a tus oyentes; el pueblo es ingenuo y novelero. Camina por estas sendas fáciles. El tentador trata de llevar a Jesús por la senda fácil pero resbalosa, ofreciéndole las soluciones fáciles pero falsas que siempre están a la mano. El demonio sabe lo que es bueno, pero no tiene la capacidad de hacer lo que es bueno, y menos aún de ser bueno. El demonio es la personificación del Mal, e intuye en Jesús la presencia más fuerte, y más genuinamente atractiva, de la santidad.
El Evangelio de este domingo nos muestra al Mal expuesto y desenmascarado. Satanás sabe que se le ha acabado el juego. Hoy Jesús comienza a deshacer su tejido de mentiras, y a sanar a las almas, y al mundo entero. Y en este tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a participar en esta labor de renovación, de nueva creación, y a dejar que Cristo nos sane.
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