Sunday’s Readings: 2 Kings 4:8-11, 14-16A; Psalms 89:2-3, 16-17, 18-19; Romans 6:3-4, 8-11; Matthew 10:37-42
THE RICHNESS OF LIFE IN CHRIST
Today we have the beautiful story of the woman promised a child, the wonderful exhortation about life in Christ, and a powerful instruction from Jesus. An embarrassment of riches? Not if we take Jesus’ words about “welcome” to heart. The many challenges and blessings offered to us today by Elisha, Paul, and Jesus should be cause for rejoicing, and welcomed heartily into our lives. And, like the great treat that they are, they should be enjoyed and shared generously with others.
Today’s reading from Romans was chosen very early in the liturgical life of the Church to be the sole apostolic instruction received by candidates for baptism at the Easter Vigil. This illustrates its importance as a core belief, and as a means of comprehending the story of the Resurrection. Christ’s resurrection is not merely a story about something that he underwent once upon a time, but it is our story, the story of how we joined the other members of the one Body of Christ, the church. We were not only dead, but we were buried; not ultimately buried, but raised to eternal life with Christ.
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LA RIQUEZA DE LA VIDA EN CRISTO
Hoy tenemos la hermosa historia de la mujer a quien se le promete un niño, la maravillosa exhortación sobre la vida en Cristo, y una poderosa instrucción de Jesús. ¿Demaciadas riquesas en una sola dosis? No si tomamos las palabras de Jesús sobre “ser acojedores” de corazón. Los muchos desafíos y bendiciones que nos ofrecen hoy Eliseo, Pablo y Jesús deben ser motivo de regocijo y acogidos con entusiasmo en nuestras vidas. Y, como el gran placer que son, deben ser disfrutados y compartidos generosamente con otros.
La lectura de hoy de Romanos fue elegida muy temprano en la vida litúrgica de la Iglesia para ser la única instrucción apostólica recibida por los candidatos al bautismo en la Vigilia pascual. Esto ilustra su importancia como creencia central, y como un medio para comprender la historia de la Resurrec-ción. La resurrección de Cristo no es sólo una historia sobre algo que él sufrió una vez, pero es nuestra historia, la historia de cómo nos unimos a los otros miembros del Cuerpo de Cristo, la iglesia. No sólo estábamos muertos, sino que estábamos sepultados; No enterrado por siempre, sino elevado a la vida eterna con Cristo.
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