Sunday’s Readings: 1 Samuel 3:3B-10, 19; Psalms 40:2, 4, 7-8, 8-9, 10; 1 Corinthians 6:13C-15A, 17-20; John 1:35-42
SPEAK, LORD, WE ARE LISTENING
In today’s first reading God keeps calling out in the night to a sleeping boy. Neither the boy, Samuel, nor his teacher, Eli, understands who is calling. But God’s persistence convinces them. Samuel is then ready—not ready yet to do anything, but ready to listen. “Speak, for your servant is listening” (1 Samuel 3:10). In the Gospel Jesus is out teaching. Various people notice him and begin to gather around. They soon become disciples and, like the young Samuel, are ready—not ready yet to do anything, but ready to listen. “Speak,” they say, “we are listening.” God’s voice is always with us, awake or asleep. It swirls around us like fog on a waterfront, enveloping us, gently urging us to wake up, to listen. Awareness of the voice comes first; then willingness to listen; then, in time, the decision to act, to live according to God’s word. Let’s ask today for the ability to keep our ears open so we don’t miss God’s voice.
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HABLA, SEÑOR, ESTAMOS ESCUCHANDO
En la primera lectura de hoy Dios llama repetidas veces en la noche a un niño dormido. Ni el niño, Samuel, ni su maestro, Elí, entienden quién está llamando. Pero la persistencia de Dios los convence. Samuel ya está listo; no para hacer algo todavía, pero dispuestos a escuchar. “Habla Señor, tu siervo te escucha” (1 Samuel 3:10). En el Evangelio, Jesús está afuera enseñando. Varias personas lo ven y comienzan a reunirse alrededor. Pronto se convierten en discípulos y, al igual que el joven Samuel, están listos, no para hacer algo todavía, pero dispuestos a escuchar. “Habla”, dicen, “te escuchamos”. La voz de Dios está siempre con nosotros, ya sea que estemos despiertos o dormidos. Se arremolina a nuestro alrededor como la niebla en una costa envolviéndonos, suavemente nos urge a despertar, a escuchar. Estar conscientes de la voz es lo primero; luego la voluntad de escuchar; y más luego, con el tiempo, la decisión de actuar, de vivir según la Palabra de Dios. Vamos a pedir hoy por la capacidad de mantener los oídos abiertos para que no se pierda la voz de Dios.
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