Sunday’s Readings: Acts 2:14, 22-33; Psalms 16:1-2, 5, 7-8, 9-10, 11; 1 Peter 1:17-21; Luke 24:13-35
ON THE ROAD
One central metaphor employed to describe the Christian life is a journey. In today’s second reading, Peter addresses the early Christian community: “Conduct yourselves with reverence during the time of your sojourning” (1 Peter 1:17). When we think of a journey, we normally think of some kind of movement from point A to point B.
The Christian journey, begun in the waters of baptism (point A) has as its ultimate destination eternal life with God in heaven (point B). Unfortunately we find ourselves on all kinds of detours along the way. Because of sin, we make foolish turns and sometimes seem unable to detect the presence of the Lord. Today’s story of the two disciples on their way to Emmaus illustrates for us the fact that, even when we are dejected or on one of our many detours, the Lord is there, walking right beside us.
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EN EL CAMINO
Una metáfora importante que se emplea para describir la vida cristiana es la de una peregrinación. En la segunda lectura de hoy, Pedro se dirige a la primera comunidad cristiana: “Vivan siempre con temor filial durante su peregrinar por la tierra” (1 Pedro 1:17). Al pensar en una peregrinación, normalmente se nos ocurre algún tipo de movimiento del punto A al punto B.
La peregrinación cristiana, que comenzó en las aguas del bautismo (punto A) tiene como destino final la vida eterna con Dios en el cielo (punto B). Desafortunadamente, en el transcurso tomamos todo tipo de desvíos. Debido al pecado, tontamente nos desviamos y a veces parecemos incapaces de detectar la presencia del Señor. Hoy, el relato de los dos discípulos camino a Emaús ilustra el hecho de que, aunque nos sentamos abatidos o muy desviados, el Señor está allí, caminando junto a nosotros.
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