Querida Familia Parroquial,
Al dar la bienvenida a este Nuevo Año, comencemos con corazones llenos de esperanza y gratitud. Cada nuevo día es un regalo de Dios, que nos ofrece la oportunidad de crecer en fe, amor y propósito. En esta Solemnidad de María, Madre de Dios, miramos a María como nuestro ejemplo de confianza y entrega. Cuando dijo: “Hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1:38), nos mostró el valor y la alegría de seguir el plan de Dios. Un campesino una vez encontró un terreno árido y vacío. Con paciencia y esfuerzo, aró la tierra, plantó semillas y la cuidó a diario. Con el tiempo, el terreno se convirtió en un jardín fértil y lleno de frutos. Cuando le preguntaron cómo lo había logrado, él respondió: “Confié en que las semillas crecerían, pero trabajé duro para crear las condiciones adecuadas”. Este Nuevo Año es como un campo fértil. Dios ha plantado semillas en nuestras vidas: fe, familia, comunidad y recursos. Depende de nosotros nutrirlas con oración, dedicación y confianza en Su plan. Como nos recuerda Proverbios 21:5: “Los planes del diligente ciertamente llevan a la abundancia”. Este año, enfoquémonos en:
- Profundizar Nuestra Fe
Como María, que guardaba las bendiciones de Dios en su corazón (Lucas 2:19), tomemos tiempo para reflexionar, orar y acercarnos más al Señor. Hagamos de la oración, la lectura de
la Escritura y la participación en la Santa Misa una parte regular de nuestra vida. - Fortalecer Nuestras Familias
El Papa Francisco llama a la familia “la primera escuela de amor. La familia es el hospital más cercano, la primera escuela para los jóvenes y el mejor hogar para los ancianos”. Fortalezcamos nuestros lazos con actos de bondad y comprensión.
San Pablo nos recuerda: “Sean tolerantes unos con otros en amor, esforzándose por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz” (Efesios 4:2-3). - Construir Comunidad
Nuestra parroquia es una comunidad donde todos tienen un lugar. Este año, reforcemos nuestras relaciones ayudando a los más necesitados, compartiendo nuestros dones y apoyándonos mutuamente. Juntos, podemos vivir el llamado a “estimularnos
unos a otros al amor y a las buenas obras” (Hebreos 10:24). - Cuidar Nuestra Salud y Recursos
Dios nos llama a cuidar los dones que nos ha dado, incluyendo nuestra salud y nuestros bienes. Comprometámonos a dar pequeños pasos hacia un mejor bienestar físico y mental. Seamos sabios con nuestras finanzas, administrando con cuidado y compartiendo generosamente con los más necesitados y apoyando a nuestra parroquia. Recordemos: “Honra al Señor con tus riquezas… y tus graneros se llenarán a reventar” (Proverbios 3:9-10).
Al comenzar este camino hacia el 2025, pongamos nuestros sueños y desafíos en las manos de Dios, confiando en Su promesa: “Yo sé los planes que tengo para ustedes… planes de
bienestar y no de mal, para darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).
Que este año nos traiga renovación espiritual, alegría familiar, una comunidad parroquial fuerte y abundantes bendiciones.
Con la intercesión de María y la gracia de Dios, crezcamos juntos en fe y amor.
Les deseo un Año Nuevo lleno de la paz de Dios,
P. Sudhakar Mannam