V Domingo de Pascua

V Domingo de Pascua

En este quinto domingo de Pascua, se nos invita a reflexionar sobre las poderosas palabras de Jesús en Juan 13:34: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, que también osaméis los unos a los otros”. Este mandamiento no es nuevo en su contenido —el amor siempre ha estado en el corazón de la ley de Dios—, pero es nuevo en su me dida. Jesús no nos pide simplemente que amemos como nos amamos a nosotros mismos, sino que amemos como Él nos ha amado, un amor que es sacrificial, generoso e incondicional.
San Agustín nos recuerda: “Ama y haz lo que quieras”. Porque si verdaderamente amamos como Cristo ama, todas nuestras acciones fluirán de esa fuente divina de amor. Y Santa Teresa de Ávila nos anima: “Lo importante no es pensar mucho, sino amar mucho; y así haced lo que mejor os mueva al amor”.
La primera lectura de Hch 14,21-27 narra el camino de los discípulos para fortalecerse y animarse unos a otros. De la misma manera, estamos llamados a llevar las cargas los unos de los otros y a amarnos unos a otros con el amor que Cristo nos ha dado. Es este amor el que se convierte en la marca identificativa del verdade ro discipulado, como dice Jesús: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros” (Juan 13:35).
A medida que continuamos celebrando el gozo de la Pascua, que seamos renovados en el mandamiento de amar como Cristo ama: con paciencia, compasión y sin reservas.