TREASURES FROM OUR TRADITION
This month, parishes around the country will conduct the “October count,” a measure of attendance at Sunday Mass. The measure has been taken for many centuries, and in some European dioceses it is possible to measure the level of engagement in worship by the population over the course of many centuries. Long ago, it was also the custom to track “Easter duty” by a statistical report. Penitents would receive a kind of chit at confession, which they would then turn in at their parish church when they received Holy Communion during Easter time.
Long ago, of course, Communion was fairly rare in the life of a Catholic Christian, perhaps only once a year. The chits would be tallied by parish priests and reported to the chancery, which in turn would hold on to the records and include the statistics in a report to the Vatican every five years. Nowadays, the October count has proved especially critical in the life of our Church as bishops use the figures to measure the vitality of church life, to sketch parish boundaries, and even to decide when to close, merge, or form new parishes. —Rev. James Field, Copyright © J. S. Paluch Co
TESOROS DE NUESTRA TRADICIÓN
Este mes, las parroquias de todo el país se llevan a cabo el “recuento de octubre”, una medida de la asistencia a la misa dominical. La medida se ha tomado durante muchos siglos, y en algunas diócesis europeas es posible medir el nivel de participación en el culto por la población a lo largo de muchos siglos. Hace mucho tiempo, sino que también existía la costumbre de realizar un seguimiento de “derecho de Pascua” por un informe estadístico. Penitentes recibirían una especie de chit en la confesión, que luego se dirigirían en en su iglesia parroquial cuando recibieron la Santa Co-munión durante el tiempo de Pascua. Hace mucho tiempo, por supuesto, la comunión era bastante raro en la vida de un cristiano católico, tal vez sólo una vez al año. Los vales serán contados por los párrocos y notificarse a la cancillería, que a su vez aferrarse a los registros e incluir las estadísticas en un informe al Vaticano cada cinco años. Hoy en día, el recuento de Octubre ha demostrado ser especialmente crítica en la vida de nuestra Iglesia como obispos utilizan las cifras para medir la vi-talidad de la vida de la iglesia, para esbozar los límites parroquiales, e incluso para decidir cuándo cerrar, fusionar, o formar nuevas parroquias.
—Rev. James Field, Copyright © J. S. Paluch Co.