El día 9 de junio del año 1597, falleció el jesuita José de Anchieta proveniente de las Islas Canarias, España. Este santo “apóstol de Brasil” fue beatificado en 1980 gracias a sus grandes esfuerzos hu-manitarios, literarios y evangelizadores en Brasil. Llegó a Brasil en 1553 donde aprendió Tupí, el idioma de los nativos. Enseñaba a los indígenas, evangelizándolos con la doctrina cristiana y educándolos en historia, filosofía y medicina. Eventualmente fundó el Colegio Jesuita de São Paulo de Piratininga donde tuvo la audacia de educar, junto a los hijos de los nativos, los hijos de los portugueses. Para este esfuerzo escribió muchos libros y manuales, cosa que le mere-ció ser el primer escritor en Brasil.
Además de ser un escritor prolífico, este misionero dedicó su vida a predicar el Evangelio en Brasil, país que cruzó a pie, fundan-do pueblos y escuelas para los indígenas cristianos. Estos le llama-ban el “santo volador” por la velocidad con que caminaba. Su celo por el Evangelio lo motivaba a seguir caminando. Como dice el profeta Isaías: “Que hermosos son los pies del que trae buena nuevas” (Isaias 52:7). Fray Gilberto Cavazos-Giz, OFM, Copyright J.S. Paluch Co.