2nd Sunday of Advent – English/Español

Sunday’s Readings: Isaiah 40:1-5, 9-11; Psalms 85:9-10-11-12, 13-14; 2 Peter 3:8-14; Mark 1:1-8

NEWS OF COMFORT
In a time of preparation, much of it having to do with ma-terial things, it is good to hear the words of Isaiah, “Comfort, give comfort to my people, / says your God” (Isaiah 40:1). In a time of such stress and rush, when our usual burdens are augmented by piles of Christmas preparations, we can choose to slow down, take some time to heal, and appreciate the enormous gift we are about to receive. Christ, the Son of God, has become one of us, and knows our human limitations. Yet God, even now, is freeing us from the burdens that our inattentiveness to our God and to our deepest in-ner longings have heaped upon us. The Lord comes, not as a king with mighty armies, but as a shepherd leading the flocks with care and tenderness. Isaiah prophesies good news: our oppression is over, our sins forgiven. The savior we have awaited is coming, not the first time, but in the end times, as our salvation. Copyright © J. S. Paluch Co., Inc.

NOTICIAS QUE DAN CONSUELO
En un tiempo de preparación, relacionado en gran medida con cosas materiales, es bueno escuchar las palabras de Isaías: “Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios” (Isaías 40:1). En un tiempo de tanto nerviosismo y prisa, cuando nues-tras cargas habituales se duplican a causa de los miles de preparativos navideños, podemos elegir aminorar la marcha, dedicar un tiempo a curar las heridas y valorar el enorme regalo que estamos por recibir. Cristo, el Hijo de Dios, se ha convertido en uno de nosotros y conoce nuestras limitaciones humanas. Sin embargo, Dios, in-cluso ahora, nos está librando de las cargas que se nos amontonan por no prestarle atención a él ni a nuestros anhelos más profundos. El Señor llega, no como un rey con ejér-citos poderosos, sino como un pastor que guía a los rebaños con amor y ternura. Isaías anuncia buenas noticias: nuestra servidum-bre terminó, nuestros pecados han sido perdonados. El salvador que esperábamos está llegando, no por primera vez, sino al final de los tiempos, como nuestra salvación.
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