Our Traditions / Tradiciones – English/Español

TREASURES FROM OUR TRADITION
Before the Second Vatican Council in the mid-1960s, Advent had a strong penitential tone, reminiscent of Lent. From as long ago as the fourth century, some Christians began a solemn fast on St. Martin’s Day, November 11. This “Saint Martin’s Lent” extended all the way to Christmas, and was widely followed in the dioceses of France and Germany, and in the Middle Ages in England. Fasting was required, and dancing and similar activities were banned for the duration. The fast had a social function, too, assuring that the winter food supplies would stretch into spring.
At the Second Vatican Council, some bishops argued that a revival of the long winter’s
fast would give the Church a chance to establish the message and themes of the Incarnation long before the holiday hubbub took hold. This proposal didn’t pass, and Advent emerged as a four-week period of reflection, expectant waiting, and joyful preparation for the coming of the Lord.
The season has two principal phases, with the first beginning this Sunday. The second phase commences on December 17, when the liturgy begins to unfold the story of the Savi or’s
coming. Interestingly, the Eastern Church maintains a strongly penitential note in Advent, which is called “Winter Lent,” “The Nativity Fast,” or “Christmas Lent,” and has laws forbidding people to absent themselves from liturgy from December 17 onward. —Rev. James Field, Copyright © J. S. Paluch Co

TESOROS DE NUESTRA TRADICIÓN
Antes del Concilio Vaticano II a mediados de los años sesenta, el Adviento tenía un fuerte tono penitencial, que recordaba a la Cuaresma. Desde el siglo IV, algunos cristianos comenzaron un ayuno solemne en el día de San Martín, el 11 de noviembre. Esta “Cuaresma de San Martín” se extendió hasta Navidad y fue ampliamente seguido en las diócesis de Francia y Alemania y En la Edad Media en Inglaterra.
El ayuno era necesario, y el baile y actividades similares fueron prohibidos durante el tiempo.
El ayuno también tenía una función social, asegurando que los alimentos de invierno se
extendieran hasta la primavera. En el Concilio Vaticano II, algunos obispos argumentaron que un resurgimiento del largo ayuno del invierno daría a la Iglesia la oportunidad de establecer el mensaje y
los temas de la Encarnación mucho antes de que el compromiso de vacaciones se apoderara. Esta propuesta no pasó, y el Adviento emergió como un período de cuatro semanas de reflexión,
espera expectante y alegre preparación para la venida del Señor. La temporada tiene dos fases principales, con la primera que comienza este domingo. La segunda fase comienza el 17 de diciembre, cuando la liturgia comienza a revelar la historia de la venida del Salvador. Curiosamente, la Iglesia de Oriente mantiene una nota fuertemente penitencial en Adviento, que se llama “Cuaresma de invierno”, “El ayuno de la Natividad”, o “Cuaresma de Navidad”, y tiene leyes que prohíben a las personas ausentarse de la liturgia a partir del 17 de diciembre.
—Rev. James Field, Copyright © J. S. Paluch Co